El mundo del deporte motor vuelve a vestirse de negro. Esta vez, la tragedia golpeó de lleno al automovilismo italiano con la muerte de Matteo Doretto, un joven piloto de tan solo 21 años que ya era considerado una de las grandes promesas del rally europeo. El accidente ocurrió este jueves durante unas pruebas privadas en un circuito cerrado en Elganowo, Polonia, en la antesala del Rally de Polonia, una de las fechas más esperadas del calendario. Doretto, quien manejaba un Peugeot 208 Rally4, perdió el control del vehículo en plena recta y terminó impactando contra un árbol a alta velocidad. El golpe fue letal. Si bien su copiloto, Samuele Pellegrino, salió ileso del accidente, los servicios de emergencia no pudieron hacer nada para salvarle la vida a Matteo, quien murió en el acto. La noticia generó una ola de conmoción en toda Italia y en el ambiente del automovilismo internacional. Doretto venía de ser campeón del campeonato nacional junior en 2024 y había conseguido una medalla de plata en el ERC Junior, siendo parte del nuevo semillero de talentos que Italia venía desarrollando con vistas a categorías superiores. Su estilo agresivo al volante, su madurez para tomar decisiones y una personalidad muy querida dentro y fuera del paddock lo habían convertido en un referente precoz. Equipos, pilotos y federaciones de todo el mundo expresaron su dolor por la pérdida de este joven con futuro asegurado en el deporte. La Federación Italiana del Automóvil emitió un comunicado lamentando la tragedia y suspendió todas sus actividades del día en señal de duelo. En tanto, el Rally de Polonia confirmó que se realizará un homenaje póstumo en su honor antes de la largada simbólica, mientras se evalúa si el equipo del piloto continuará o no en competencia. Matteo Doretto se había ganado el respeto del ambiente no solo por su talento, sino por su humildad y dedicación. Desde muy pequeño había soñado con llegar al Mundial de Rally y su carrera parecía encaminada para lograrlo. Hoy, esa ilusión se apaga de forma trágica, dejando una marca imborrable en quienes lo conocieron y admiraban. Una vida llena de sueños que terminó demasiado pronto. El automovilismo pierde a una de sus joyas más prometedoras y el dolor es profundo. Porque cuando la velocidad choca con la fatalidad, el silencio del motor duele más que nunca.