La política y el fútbol volvieron a cruzarse, y esta vez de la peor manera. Daniel Parisini, más conocido como "el Gordo Dan", uno de los influencers libertarios más activos en redes sociales, publicó una imagen generada por inteligencia artificial en la que se ve a Diego Maradona abrazando a Javier Milei, acompañada de la frase: “Maradona es Milei”. La escena buscaba emular los carteles oficialistas como “Adorni es Milei”, pero lo que encontró fue un repudio masivo encabezado por Dalma Maradona. “¿¡Qué hacés!? ¡Sacá eso ya!”, escribió con furia la hija del Diez en su cuenta de X (exTwitter), apenas se viralizó la publicación. Pero el cruce no terminó ahí. Dalma acusó al influencer de “usar políticamente” la imagen de su padre sin respeto y sin consentimiento, aprovechándose de que Diego “ya no puede defenderse”. Lejos de disculparse, el Gordo Dan redobló la apuesta y citó como supuesto respaldo a Verónica Ojeda, expareja de Maradona, quien había dicho en una entrevista que “Diego probablemente hubiese simpatizado con Milei por ser rebelde y estar contra el sistema”. Esa frase, para Parisini, justificaba su posteo. Pero para Dalma fue una provocación: “Vos no sabés nada de lo que pensaba mi papá. No metas a Ojeda, vos no tenés derecho a usarlo así”, retrucó en otro mensaje. La publicación fue rápidamente repudiada por usuarios de todo el espectro ideológico, incluidos varios hinchas de fútbol que rechazaron la manipulación de una figura icónica del deporte nacional para fines proselitistas. “Maradona no es Milei, no es nadie: Maradona es del pueblo”, escribió un usuario. Otros recordaron viejas declaraciones del Diez en contra del neoliberalismo y su amistad con líderes de izquierda, como Fidel Castro y Hugo Chávez. Incluso periodistas deportivos y del entorno maradoniano criticaron la jugada del libertario. La imagen, generada con inteligencia artificial, mostraba una versión muy poco creíble de Maradona en traje abrazando a Milei, una escena que jamás ocurrió. Dalma, lejos de quedarse en una queja pasajera, se encargó de denunciar públicamente la intención del influencer de manipular el legado de su padre para “blanquear” al presidente. “No lo voy a permitir. No mientras yo esté viva”, concluyó. Mientras tanto, el Gordo Dan, lejos de borrar el tuit, celebró la repercusión y se victimizó: “Me atacan porque no pueden responder con argumentos”. La polémica escaló y dejó una pregunta flotando: ¿hasta dónde está dispuesto el oficialismo a llegar en su cruzada comunicacional? La figura de Diego Maradona trasciende el fútbol: es un ícono cultural, popular y político que representa las contradicciones, luchas y pasiones de la Argentina. Su imagen tiene un valor simbólico que no puede ser manipulado livianamente por ningún sector, mucho menos por un gobierno que intenta apropiársela con fines proselitistas. Maradona fue un hombre con historia, con posicionamientos ideológicos claros y con un vínculo único con el pueblo. Usarlo como bandera sin respeto, sin consentimiento y fuera de contexto es una falta de sensibilidad y memoria. El oficialismo debería entender que Maradona no es patrimonio de una facción: es del pueblo argentino y del mundo.