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Milei define quién lo acompañará a la asunción del nuevo Papa: la visita al Vaticano coincide con las elecciones porteñas

El Presidente viajará al Vaticano para la entronización del sucesor de Francisco, el mismo día que se vota en la Ciudad de Buenos Aires. Mientras se define la delegación oficial, en la Casa Rosada analizan el impacto político y diplomático del viaje.

  • 13/05/2025 • 09:59

Desde Casa Rosada confirmaron que Milei ya tiene decidido participar del evento en Roma, en un gesto que buscará mostrar apertura y respeto institucional, pese a su conocida distancia ideológica con el Papa saliente. Sin embargo, aún se debate el armado de la comitiva oficial, que incluiría a funcionarios clave, referentes religiosos y algún sector del Congreso.

La coincidencia con los comicios en la Ciudad de Buenos Aires abre un frente delicado, ya que el viaje del Presidente podría ser interpretado como una señal de distanciamiento respecto de la interna local. En especial, considerando que el candidato oficialista Manuel Adorni compite en una elección clave para el armado libertario en la Capital.

Allegados al Gobierno explican que la prioridad de Milei es reforzar el perfil internacional de su gestión. La visita al Vaticano será una oportunidad para establecer un primer contacto diplomático con el nuevo Sumo Pontífice, que podría marcar el tono de la relación entre la Iglesia y el Gobierno.

El entorno presidencial también analiza la posibilidad de incluir en la delegación a algún dirigente católico o figura con buena llegada al Vaticano, en un intento por suavizar las tensiones que marcaron el vínculo con Francisco durante los primeros meses de gobierno.

En paralelo, en los pasillos de Balcarce 50 preocupa la lectura política que puede hacerse del viaje en plena jornada electoral, especialmente si la elección porteña se define por márgenes ajustados. La ausencia de Milei en el país podría ser utilizada por sectores opositores como una muestra de desinterés o incluso como una jugada táctica para despegarse de un eventual resultado adverso.

Mientras tanto, el armado de la agenda internacional sigue firme, con escalas previstas en Europa antes del regreso. El Gobierno apuesta a posicionar a Milei como un actor global, aunque las urgencias domésticas –económicas y políticas– le marquen límites cada vez más claros.