La reciente caída del proyecto de ley de Ficha Limpia en el Senado argentino ha desatado una serie de contradicciones y tensiones dentro del oficialismo. El presidente Javier Milei atribuyó el fracaso a una "operación mediática teñida de amarillo" y aseguró que "los votos no estaban". Sin embargo, su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ofreció una versión diferente. En una entrevista radial con Radio Mitre, Francos afirmó: "Yo personalmente chequeé con el presidente del bloque el día anterior y el día de la elección que estuvieran confirmados los 38 votos, y ahí estaban los votos. Algo por lo cual con el resultado en contra nos vimos absolutamente sorprendidos". Esta declaración contradice directamente la afirmación de Milei sobre la falta de votos necesarios para la aprobación del proyecto. El presidente, por su parte, había declarado durante el Latam Economic Forum que "todo fue una operación mediática teñida de amarillo", en referencia al PRO, y culpó a este partido por la derrota legislativa. Además, cuestionó a la diputada Silvia Lospennato, acusándola de utilizar la iniciativa para su campaña política. La contradicción entre las declaraciones de Milei y Francos ha generado confusión y ha intensificado las tensiones dentro del oficialismo. Mientras el presidente busca despegarse del fracaso legislativo, las palabras de su jefe de Gabinete sugieren que el gobierno confiaba en la aprobación del proyecto. Este episodio se suma a las críticas del expresidente Mauricio Macri, quien acusó al gobierno de pactar con el kirchnerismo para proteger a la expresidenta Cristina Kirchner. Macri afirmó que "este gobierno defraudó a todos los argentinos" y señaló directamente al oficialismo como responsable del fracaso legislativo. La caída de Ficha Limpia y las posteriores contradicciones entre Milei y Francos reflejan las tensiones y desafíos que enfrenta el oficialismo en su intento por avanzar con su agenda legislativa y mantener la cohesión interna.