La instalación de una planta de hidrógeno verde en Paysandú, Uruguay, frente a la ciudad entrerriana de Colón, ha generado un nuevo foco de tensión entre Argentina y Uruguay. La fiscal federal Josefina Minatta inició una investigación preliminar sobre el emprendimiento y ordenó a la Prefectura realizar monitoreos periódicos del río Uruguay para evaluar posibles impactos ambientales. El proyecto, impulsado por la empresa HIF Global con una inversión estimada de 6.000 millones de dólares, contempla la producción de hidrógeno verde y metanol a gran escala. La planta estaría ubicada en una zona del río Uruguay, frente a las playas de Colón, lo que ha generado preocupación entre autoridades locales y ambientalistas por el posible impacto en el turismo y el ambiente.  Desde la microrregión "Tierra de Palmares", que incluye ciudades como Colón, San José y Villa Elisa, se ha enviado una nota formal a HIF Global solicitando la relocalización de la planta. Argumentan que la decisión del emplazamiento no consideró las características del entorno transfronterizo ni la organización social de las comunidades afectadas.  El presidente uruguayo, Yamandú Orsi, descartó que exista un conflicto con Argentina por la ubicación de la planta y señaló que aún no hay avances en aspectos centrales del proyecto. Sin embargo, la falta de información precisa y la ausencia de estudios de impacto ambiental han generado desconfianza y preocupación en las comunidades ribereñas.  La situación recuerda al conflicto por la instalación de la pastera Botnia (hoy UPM) en Fray Bentos, que generó tensiones diplomáticas entre ambos países. La fiscal Minatta destacó la importancia de contar con registros previos al inicio de la actividad industrial para poder evaluar posibles perjuicios en el futuro.  En este contexto, las autoridades argentinas y uruguayas deberán trabajar en conjunto para garantizar que el proyecto cumpla con los estándares ambientales y no afecte la armonía entre ambos países.