En el día cero de la elección bonaerense, el clima dentro del Gobierno es de prudente optimismo. El escándalo de los audios ya no domina la agenda: los análisis internos hablan de un empate técnico, fruto de una campaña reactiva que logró recomponer parte del desgaste de las últimas semanas. (Podes leer:¨“Kirchnerismo Nunca Más”, Milei instala el ring electoral en La Matanza¨)     Según fuentes del equipo de campaña, el ausentismo rondaría el 40 % —un número preocupante pero esperado dentro del espacio—. Sin embargo, advierten que aumentó “la cantidad de gente con intención de movilizarse”, una señal clave en distritos donde el oficialismo busca sobrevivir con respaldo territorial.    El foco discursivo cambió: ya no se centra en defender el “tigre libertario”, sino en persuadir vía políticas y apelar a la emoción. Esta elección se construyó sobre la idea de un “domingo de coraje” en redes y spot político. La contención de la inflación y un relato más institucionalizado fueron clave para detener la sangría de intención de voto.   Las verdaderas apuestas electorales están en los bordes: quienes se movilicen serán el factor determinante. En un contexto frenético y fragmentado, los equipos de terreno redoblan esfuerzos en la articulación de fiscales y la puja territorial. Es ahí donde Milei espera que el “factor movilización” le permita sostener un resultado competitivo.   El gobierno llega al domingo con algo más estable que ruido mediático: un empate técnico que puede ser récord positivo o alivio parcial. En un escenario electoral volátil donde cada voto pesa, la estrategia es clara: convencer antes que movilizar, retomar narrativa antes que defenderse, y esperar que, al filo del misterio, el voto responda al discurso de liderazgo y no al escándalo público.         Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P