El cierre de campaña bonaerense de Javier Milei en el Club Villa Ángela (Moreno) quedó marcado por un ambiente explosivo desde el arranque. (Leé:¨Fiasco en Moreno: ni con acarreados lograron llenar la cancha de Milei¨).La tensión entre simpatizantes libertarios y manifestantes opositores se hizo sentir con fuerza desde temprano, cuando un militante reaccionó con distinción discriminatoria—un gesto de mono—que detonó un altercado físico: golpes, empujones y agresiones directas fueron contenidos por Gendarmería casi al instante.     Pero ese fue solo el comienzo. Ya en plena cobertura, el periodista Cristian Mercatante, quien trabaja con “Desayuno Americano”, fue agredido con un fuerte botellazo en la cabeza. La escena fue dolorosa: con el cuero cabelludo sangrando, Mercatante describió entre conmocionado y enojado que “no veo quién me pegó” y que no quiso culpar, ya que había muchas personas alrededor. Fue atendido por personal médico en el lugar.     Minutos después del acto, otra escena agravó el caos: pedradas contra el auto que transportaba al presidente Milei. La seguidilla incluyó corridas, insultos, y más proyectiles, hasta que intervino la Policía Bonaerense con balas de goma y detenciones preventivas.     Las imágenes del cronista herido y los posters violentos—incluido un cántico de Lilia Lemoine hacia los manifestantes opositores (“Kukas tira piedras”)—se propagaron rápido. El Gobierno, lejos de repudiar el clima violento, lo sobreexpuso como espectáculo político.     Lo que podía haber sido una despedida de campaña memorable, terminó siendo un festival de violencia política. Peleas, agresiones contra periodistas e incluso proyectiles al auto presidencial dejan ver que la grieta dejó de ser una metáfora para convertirse en un escenario de confrontación física. En Moreno, la campaña no abrió camino al futuro: aceleró el conflicto.       Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P