La polémica se profundiza. Tres reputados académicos del Instituto Mises (filial alemana) —Rolf Puster, Jörg Guido Hülsmann y Hans-Hermann Hoppe— presentaron su renuncia al Consejo Asesor Científico tras conocerse que Javier Milei será homenajeado con un “Premio Conmemorativo en honor a Ludwig von Mises”.    La decisión, anunciada en julio pasado por la junta directiva del instituto, no fue consultada previamente con ese Consejo, lo que suscitó críticas inmediatas. Según los renunciantes, Milei no es un científico, sino un político; y su conocimiento sobre los postulados austríacos, aunque intentó expandirlos, es “superficial y deficiente”. Añadieron que el premio —sin base académica y manejado con opacidad— podría causar “un daño duradero e irreparable” al legado de Mises y a la Escuela Austriaca como corriente económica seria.    Milei ha logrado viralizar nombres como Mises o Rothbard, pero no dominó sus ideas con rigor. La renuncia dejó al instituto en manos de apenas dos de los cinco miembros originales del consejo asesor.   Este impacto no es simbólico: incomoda, desarma y amplifica el descrédito. Milei, que durante años se vendió como paladín de la economía austríaca, ve ahora cómo hasta sus propios supuestos gurúes lo denuncian por impúdico. El galardón que buscaba legitimar su figura libertaria se transformó en una trampa: reveló la precariedad de su formación conceptual y dejó al descubierto la operación más mediática que científica.   El mensaje es claro: la propaganda y la estética rupturista no suplen la coherencia intelectual. Si Milei aspiraba a ser aceptado como referente económico, este volantazo académico lo deja en evidencia. Y el galardón, más que credencial, será recordado como el detonante de una implosión institucional dentro del libertarismo radical internacional.         Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P