Cómo lo publicamos en El Pulso Político, en declaraciones a Radio Mitre, Guillermo Francos había cuestionado días atrás el rol de Claudio “Chiqui” Tapia y Pablo Toviggino en la vuelta del público visitante a las canchas, acusándolos de “jugar un rol político”. La frase no fue inocente, intentó minimizar los operativos que permitieron el regreso de los visitantes en Córdoba (River vs Instituto) y Buenos Aires (Lanús vs Rosario Central), deslizando que la movida fue más una jugada de marketing que un avance real. La respuesta de Pablo Toviggino no se hizo esperar, el tesorero de la AFA defendió con firmeza la autonomía del fútbol argentino.(Podés leer: ¨Francos atacó y Toviggino respondió: la AFA no se arrodilla ante Milei¨).   El Gobierno, como nos tiene acostumbrados, dio un paso más:La embestida de Patricia Bullrich contra Pablo Toviggino —con una carta documento que lo acusa de “comportarse como barra brava” y una amenaza con derecho de admisión— no fue apenas un ataque personal, sino un símbolo de autoritarismo del gobierno de Milei, que intenta clausurar la expresión de quienes no se arrodillan. Toviggino, lejos de retroceder, respondió con una carta fulminante en la que reivindicó su derecho a decir lo que piensa: “Me reservo todos mis derechos constitucionales para seguir diciendo lo que pienso”, escribió Toviggino. (Leé también: ¨Bullrich amenaza a Toviggino y estalla el reclamo por la censura¨) . En respuesta, el Consejo Federal y decenas de clubes del interior salieron al cruce con un mensaje claro: “Unidos más que nunca en defensa de los cientos de miles de familias que encuentran contención…”, destacó el comunicado  . Ligas como las de Neuquén y clubes como Ben Hur, Juventud Antoniana, Deportiva Rincón y Huracán Las Heras expresaron su “apoyo incondicional” a Toviggino y rechazaron la intromisión partidaria en el fútbol, exigiendo que “el fútbol debe ser libre, federal y respetado”  .                                                                                Esta defensa colectiva no es un gesto superficial: representa al corazón del fútbol social argentino. En cada liga del interior, los clubes son verdaderos centros comunitarios, con familias, pibes, proyectos y sueños. Y estos clubes han visto en Toviggino a un dirigente que palpita esa realidad y la representa, frente a un gobierno que apuesta a monetizar y privatizar el deporte. El trasfondo es político: el gobierno libertario pretende imponer un modelo de SAD que liquida el modelo federativo y comunitario. Toviggino se plantó y salió a responder con firmeza, denunciando que esta ofensiva de Bullrich busca silenciarlo y disciplinarlo bajo una máscara de seguridad. La reacción del interior alza una bandera: no van a permitir que el fútbol de base sea aplastado por intereses políticos o empresariales. Esta pulseada que se dio en los medios ya es una pulseada en las canchas y en los pueblos. Y está claro: si Bullrich y el gobierno pensaron que iban a acallan a uno de los suyos… se equivocaron de cancha.       ¡No te pierdas ningún detalle de la política argentina y mundial! Síguenos en nuestro canal de WhatsApp: Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P