El Gobierno nacional sigue de cerca las repercusiones que está generando en el plano internacional la condena ratificada contra Cristina Kirchner. Según reconocen en la Casa Rosada, la sentencia judicial que confirmó la pena de seis años de prisión para la expresidenta generó un fuerte revuelo en la política exterior y podría dañar la imagen institucional de la Argentina en foros multilaterales. Uno de los motivos de mayor inquietud fue la inesperada reacción de México, cuyo gobierno expresó oficialmente su respaldo a la exmandataria. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum emitió un mensaje en redes donde calificó el caso como "un asunto más político que jurídico" y manifestó “toda la solidaridad con Cristina Kirchner”. La declaración sorprendió a la Cancillería argentina, que esperaba un tono más moderado por parte de uno de sus principales socios regionales. Pero México no fue la única voz que se alzó en defensa de CFK. También hubo gestos de apoyo desde gobiernos de izquierda en América Latina y de dirigentes europeos vinculados a espacios progresistas. En Balcarce 50 temen que este cuadro derive en un debate sobre la calidad institucional argentina y que organismos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos o Naciones Unidas reciban reclamos formales vinculados a presunta “persecución política”. A esto se suma el impacto que la causa judicial podría tener en las negociaciones financieras del país. En despachos oficiales advierten que el ruido internacional podría complicar gestiones ante el FMI o entorpecer la búsqueda de inversiones extranjeras, justo cuando la administración de Javier Milei busca mostrar estabilidad jurídica y previsibilidad.