José Luis Espert no se guarda nada. En un nuevo capítulo de su cruzada contra lo que define como “la casta bonaerense”, el diputado de Avanza Libertad y actual integrante del bloque oficialista volvió a apuntar con dureza contra el gobernador Axel Kicillof. En declaraciones radiales y a través de sus redes sociales, el economista pidió cerrar ministerios “inútiles” en la provincia de Buenos Aires, en el marco de lo que considera una administración “sobredimensionada, politizada y decadente”. “La provincia no necesita 20 ministerios que sirven solo para bancar punteros, militantes y ñoquis. Necesita tres o cuatro bien administrados, que se dediquen a lo que realmente importa: seguridad, salud, educación y justicia”, disparó Espert. Sus declaraciones no solo provocaron revuelo en el oficialismo bonaerense, sino también en sectores de Juntos por el Cambio que aún mantienen vínculos institucionales con el gobierno provincial. El economista apuntó especialmente al Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, que calificó como “una oficina de ideología con presupuesto millonario que no mejora la vida de nadie”. También criticó el Ministerio de Ambiente, al que definió como “una estructura decorativa que gasta más en viáticos que en proyectos reales”. “Mientras en el Hospital de Niños de La Plata faltan insumos básicos y hay escuelas que se caen a pedazos, Kicillof mantiene una estructura ministerial digna de un país escandinavo. No hay plata, pero sí para la política”, ironizó. Desde el gobierno provincial, las respuestas no tardaron en llegar. Voceros del gobernador desestimaron las declaraciones del legislador liberal como “un acting mediático” y defendieron la estructura estatal actual como “una herramienta fundamental para garantizar derechos en una provincia profundamente desigual”. Sin embargo, los dichos de Espert resuenan con fuerza en el clima de ajuste y recorte general que atraviesa el país. La propuesta de cerrar ministerios también se alinea con la narrativa libertaria nacional que impulsa el presidente Javier Milei, quien ha prometido eliminar todo gasto público “improductivo”.   En este contexto, Espert busca posicionarse como una figura de referencia para el electorado que exige una reestructuración profunda del Estado. “No puede ser que cada crisis la pague el que trabaja y el que paga impuestos, mientras la política sigue con privilegios”, sostuvo. El debate no es nuevo, pero cobra nueva vida en el actual escenario de crisis económica y social. Con un déficit persistente, una presión impositiva elevada y servicios públicos en decadencia, la discusión sobre la dimensión y el rol del Estado vuelve al centro de la escena. Espert, sin filtro, aviva esa polémica con munición gruesa.