La escena fue tan política como simbólica. En el despacho presidencial de la Casa Rosada, sin cámaras y con teléfonos en modo avión, Karina Milei —la hermana todopoderosa del Presidente— y Sebastián Pareja —el arquitecto libertario en suelo bonaerense— recibieron este lunes a dos figuras clave del PRO: Cristian Ritondo y Diego Santilli. La reunión tuvo un solo objetivo: formalizar el inicio de un frente electoral entre La Libertad Avanza y el macrismo en la provincia de Buenos Aires, con la mira puesta en las elecciones legislativas de septiembre y octubre. El encuentro fue breve pero intenso, y dejó sobre la mesa un principio de acuerdo que ya contaría con el visto bueno de los máximos referentes de ambos espacios: Javier Milei y Mauricio Macri. Según confirmaron altas fuentes de ambos partidos, el cónclave fue “productivo” y avanzaron sobre la idea de confluir en una coalición común, una especie de "Pacto de Olivos versión libertaria" que busca blindar el principal distrito electoral del país frente al avance del peronismo. El factor Karina Karina Milei no solo ofició de anfitriona. Fue la arquitecta política que preparó el terreno durante semanas, tras el enfriamiento del vínculo con el PRO posterior al ballotage. Esta vez, con el aval del propio Presidente y una agenda que combina pragmatismo con urgencias electorales, la hermana presidencial activó su propio manual de poder: orden, gestión y territorialidad. El acto en La Plata, que ella misma coordina para fines de junio, será un termómetro para medir músculo libertario. Pero la cumbre con el PRO deja claro que, más allá del fuego amigo o las tensiones pasadas, hay una consigna que ordena: ganar en Buenos Aires es ganar en la Argentina. Ritondo y Santilli, los “puentes” con Macri Por el lado del PRO, Cristian Ritondo llegó con el respaldo explícito de Macri. Diego Santilli, más dialoguista, aportó su experiencia en la zona norte del conurbano y en sectores moderados. La idea, en palabras de uno de los presentes, es conformar “una fórmula competitiva y unificada” en los principales municipios de la provincia, donde el kirchnerismo aún conserva una fuerte estructura territorial. Además, se discutió el eventual reparto de lugares en las listas legislativas, el armado de equipos técnicos conjuntos y hasta la posibilidad de una campaña compartida con eje en seguridad, desregulación y baja de impuestos. Milei y Macri, un nuevo capítulo La reunión fue, en rigor, la consecuencia de una charla más de fondo. La semana pasada, Javier Milei y Mauricio Macri hablaron por teléfono durante más de media hora. Allí se consolidó el marco de este “nuevo entendimiento” entre los dos líderes. Ambos coincidieron en que, sin una coalición competitiva en PBA, la elección podría escaparse por la puerta de atrás. Macri apuesta a que el PRO mantenga presencia y volumen en los territorios que supo dominar. Milei, por su parte, necesita ampliar su base para sostener la ofensiva política y legislativa en la segunda parte de su mandato.   ¿Y Bullrich? Aunque no participó del encuentro, el rol de Patricia Bullrich sigue siendo un interrogante dentro de esta ecuación. Algunos sectores libertarios la miran con recelo, mientras que otros la ven como una posible carta electoral para el Senado o incluso como interlocutora clave en la interna de seguridad. Su futuro, al igual que el de muchos dirigentes del PRO, dependerá de cómo se cierren las alianzas y de los equilibrios que logren construir en las listas.   Con esta cumbre, Milei y Macri patean el tablero en la provincia de Buenos Aires. El kirchnerismo, enfrascado en sus propias internas entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner, observa de lejos cómo se arma una nueva alianza de poder. El cierre de listas es en julio, pero el tablero ya está en movimiento. Y Karina, como en cada jugada importante del oficialismo, vuelve a demostrar que no necesita hablar en público para tener la última palabra.