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Sin Cristina y con Kicillof en duda, el PJ se reúne para definir su futuro político

En un escenario signado por la incertidumbre y la reconfiguración del mapa opositor, el Partido Justicialista (PJ) celebra este martes un congreso nacional de forma virtual, sin la presencia de Cristina Fernández de Kirchner y con la participación de Axel Kicillof aún en suspenso.

  • 20/05/2025 • 13:52

El encuentro —convocado por la conducción partidaria para discutir la estrategia electoral y orgánica del justicialismo— se da en un momento de extrema fragilidad política para el espacio, con una dirigencia fragmentada, liderazgos difusos y la presión creciente por rearmar una identidad frente al avance de La Libertad Avanza y la consolidación del oficialismo libertario en la agenda pública.

Aunque el congreso se realiza bajo modalidad virtual, lo que resta dramatismo a su visibilidad mediática, en los hechos representa un hito clave: será el primer intento orgánico del peronismo para delinear un camino común luego de la derrota de 2023, y tras el vacío de poder generado por la decisión de Cristina de correrse —al menos formalmente— de la conducción política del espacio.

Las ausencias que pesan

La expresidenta, que conserva un núcleo duro de lealtades pero ha optado por mantenerse en silencio desde el inicio del gobierno de Javier Milei, no participará del encuentro. Su silencio se ha vuelto una estrategia en sí misma, pero también deja al peronismo sin una figura clara de referencia.

La situación de Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y posible presidenciable en 2027, también es objeto de especulación. Según trascendió, aún no había confirmado su asistencia a la convocatoria partidaria. Si bien Kicillof ha buscado marcar una agenda propia desde la gobernación —con reclamos por fondos coparticipables y críticas puntuales a la gestión nacional—, hasta ahora ha evitado disputar el liderazgo del espacio de manera abierta.

La falta de definiciones y de una conducción clara es uno de los temas centrales que atraviesan al justicialismo. Algunos sectores piden abrir el partido, democratizarlo y dar paso a una nueva generación. Otros, más vinculados al kirchnerismo duro, apuestan por preservar la verticalidad que caracterizó al movimiento en los últimos 20 años.

Ejes del congreso: unidad, elecciones y reorganización

El temario del congreso incluye, entre otros puntos, la definición del cronograma interno del PJ, la elección de nuevas autoridades partidarias, y el posicionamiento frente al gobierno nacional. También se espera un debate sobre el rol del partido frente al crecimiento de los liderazgos provinciales y la tensión con el sindicalismo, que también busca recuperar protagonismo.

En paralelo, el calendario electoral marca el ritmo del proceso: con las elecciones legislativas nacionales ya convocadas para este año, el peronismo enfrenta el desafío de rearmarse sin un liderazgo centralizado, competir en condiciones desiguales y con una base social golpeada por la crisis económica y la pérdida de poder institucional.

El desafío de reconstruir sin perder identidad

El congreso de hoy también puede leerse como un ensayo general para ensayar una nueva identidad peronista. Sin Cristina como figura ordenador, y con la figura de Alberto Fernández completamente diluida, el PJ debe definir si construye una nueva mayoría con eje en los gobernadores, los intendentes o en algún liderazgo emergente como el propio Kicillof o incluso Sergio Massa, que mantiene presencia en los debates aunque sin cargos públicos.

En los pasillos virtuales del peronismo se habla cada vez más de "renovación", aunque nadie se anima aún a ponerle nombre y apellido. La pregunta de fondo es si el justicialismo puede volver a ser competitivo sin depender de los liderazgos históricos, y si es posible articular una narrativa común entre sus múltiples tribus: el kirchnerismo residual, el massismo, el peronismo territorial y el sindicalismo tradicional.

Lo cierto es que, con o sin figuras fuertes, el PJ deberá resolver pronto su rol en el sistema político actual: ¿será oposición frontal al gobierno libertario o buscará convertirse en una fuerza de equilibrio? La respuesta a esa pregunta empieza a escribirse hoy.