La Casa Rosada vivió días de cuchillos largos. La disputa soterrada entre Karina?Milei y Santiago?Caputo por el control de la comunicación presidencial y el reparto de cargos llegó a un punto crítico que obligó a Javier?Milei a ponerse el traje de bombero. Cómo estalló la interna Chispazo en redes: el equipo digital, bajo órbita de Caputo, filtró encuestas internas que minimizaban la influencia de Karina. Celos de agenda: la secretaria general pidió tener la última palabra sobre invitaciones y actos; Caputo replicó organizando encuentros sin avisarle. La gota que colmó: la logística del acto porteño de Manuel?Adorni quedó en manos de Santiago y el “Jefe” se sintió desplazada. La mediación presidencial Milei canceló reuniones económicas y se encerró en Olivos con ambos protagonistas. Según fuentes oficiales: Reparto de roles: Karina conservará el filtro de audiencias; Caputo mandará en estrategia digital y spots. Mesa semanal: se institucionaliza un cónclave cada martes con Guillermo?Francos para evitar “malentendidos”. Blindaje a Bullrich: la ministra de Seguridad mantendrá autonomía para su agenda “sin interferencias”.     Por qué Milei no podía esperar La tensión coincidía con: Negociación con Ritondo?Santilli en provincia de Buenos?Aires. Discusión de la Ley?Bases versión 2 en Diputados. Gira internacional suspendida: el viaje al Vaticano quedó en pausa para “controlar la tropa”. Un eventual portazo de Caputo o Karina hubiera significado perder un pilar operativo justo cuando La?Libertad?Avanza necesita mostrar cohesión ante aliados y mercados. La letra chica del acuerdo Caputo suma presupuesto para redes y marketing, pero todas las contrataciones pasarán por Jefatura de Gabinete. Karina designará a dos subsecretarios propios en Comunicación para monitorear contenidos. Se crea un “comité de crisis” que se activará ante escándalos mediáticos; allí tendrán voz Patricia?Bullrich y el portavoz Manuel?Adorni. ¿Paz duradera o pausa táctica? Analistas del oficialismo advierten que la tregua es frágil: Caputo aspira a conducir la campaña nacional 2025 y proyecta a Adorni como figura presidencial a futuro. Karina defiende la marca Milei y desconfía de los “amarillos reciclados”. Por ahora, el presidente eligió evitar fuego amigo y garantizar que los egos no dinamicen su proyecto. Queda por ver cuánto dura la calma en un gobierno que late al ritmo vertiginoso del propio Milei.