La euforia libertaria  una voz femenina destacada. Karina?Milei, hermana del Presidente y secretaria General de la Presidencia, subió al escenario del hotel Libertador apenas la Junta Electoral confirmó que Manuel?Adorni se imponía con el 30,08% y se quedaba con las legislativas porteñas. “Hoy quedó demostrado quién puede ganarle al kirchnerismo: La?Libertad?Avanza”, lanzó, flanqueada por el propio Adorni y el ministro del Interior, Guillermo?Francos. En su discurso, Karina —considerada la estratega del espacio— destacó “la coherencia doctrinaria y el trabajo territorial” de los equipos libertarios y agradeció “a los militantes que fiscalizaron cada urna pese a que decían que no teníamos estructura”. También aprovechó para marcar territorio en medio de la crisis que atraviesa el PRO: “La puerta está abierta para todo aquel que quiera abrazar las ideas de la libertad; las mezquindades personales, afuera”. La funcionaria reveló que Javier?Milei siguió el conteo “con detalle, desde Olivos”, y que envió un mensaje de “orgullo y compromiso redoblado”. Además, apuntó al peronismo porteño, que quedó segundo con Leandro?Santoro: “Respetamos al adversario, pero la gente eligió futuro, no relatos del pasado”. Tras los flashes, fuentes libertarias deslizaron que Karina será clave en la mesa política que negociará con bloques aliados la presidencia de la Legislatura y la conformación de comisiones. El objetivo es garantizar gobernabilidad a Adorni sin ceder principios “fundacionales” como la reducción del gasto público local. Para el Gobierno nacional, el resultado es un espaldarazo antes de la contienda bonaerense. “Si pudimos ganar en la capital del PRO, también podemos hacerlo en la provincia”, aseguró un operador cercano a la secretaria General. En ese sentido, se reiteró la línea de sumar a intendentes macristas “desencantados” antes del cierre de alianzas. Afuera del hotel, la militancia cantó “¡Karina, Karina!” y la bautizó como “El Jefe”, reedición del apodo que Javier popularizó en campaña. Ella respondió con el clásico gesto de la motosierra, símbolo del ajuste, y se despidió con una promesa: “Lo mejor aún está por venir”.