Fue apenas una hora después de la sesión que derribó uno de los vetos más sensibles del Ejecutivo: desde el exterior, Gordo Dan canalizó su bronca contra Luis Juez en un tuit explosivo que lo acusaba de “usar políticamente a su hija con discapacidad” para postergar políticas del Gobierno. La bomba política estalló y el operativo de emergencia se activó en la Casa Rosada, apenas minutos después de la publicación.(Podes leer:¨“Gordo Dan” incomoda al oficialismo con su furia tuitera: Francos lo confronta y él redobla la apuesta¨).   En cuestión de 25 minutos, un operador digital cercano lo llamó para alertarle del desastre: acuerdos frágiles con el PRO, elecciones inminentes en Buenos Aires, pulmones mediáticos listos para explotar. El mensaje caló fuerte, y por primera vez desde su irrupción en redes en 2021, el tuit fue borrado: “Confío en tu criterio como nadie… si genera quilombos lo borro”, respondió Parisini.   Pero ya era tarde: las capturas de pantalla ya circulaban, programas de madrugada lo condenaban, el escándalo era viral. El Gobierno activó la defensa: el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, salió a repudiar la ofensiva viral en redes. “Fuera de lugar, repudiable, una grosería”, fue su frase, mientras llamaba a Juez para pedir disculpas y enfatizaba que Parisini “no forma parte del Gobierno”.   El insulto llevó incluso al político digital a contragolpear: en su estilo frontal, reclamó lealtad ideológica ("a nosotros nos amenazaban con que nos meterían presos... él formaba parte del kirchnerismo"). Así redobló la apuesta frente al descargo promotor del Ejecutivo.   Desde el entorno digital, llegaron los primeros gestos de respaldo: Agustín Romo, Lucas Luna, Shelby, Traductor Te Ama y Marilú –miembros de Las Fuerzas del Cielo y la red libertaria– usaron mensajes encriptados y apoyaron al tuitero. Algunos incluso criticaron al propio Francos por desacreditar públicamente a “un ciudadano sin cargo público”.   La interna libertaria se fracturó: Parisini, figura clave del territorio digital, fue relegado momentáneamente. Según fuentes cercanas, rechazó ser candidato a diputado para evitar encorsetarse con cargos institucionales. Prefiere cierta distancia de la Casa Rosada para no quedar atrapado en la interna millonita.   Lejos de acallarse, el viernes continuó su ataque digital contra Juez. Aunque su cuenta quedó marcada, Parisini fijó en su perfil una captura del tuit borrado, como si fuera un trofeo. El lunes volvería al país —con el temblor bien presente— y su futuro en la estrategia digital de LLA quedó en el aire.   Este episodio reveló que la guerra digital ya no es marginal: un “tweet” puede tensar acuerdos, marcar fracturas internas y acelerar decisiones políticas. La tregua en la Casa Rosada saltó por aire, con un tuit incendiario que dejó claro que, en política digital, una bala verbal puede dispararse… y luego ser imposible de retractar.         Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P