La división del oficialismo correntino se consagró como una oportunidad para los outsiders: por un lado, La Libertad Avanza (LLA) con el diputado Lisandro Almirón como abanderado apoyado por Patricia Bullrich; por el otro, el Partido Justicialista con Martín Ascúa al frente del frente “Limpiar Corrientes”. Su objetivo: agenciarse el poder sin depender de un balotaje, aprovechando el desorden de la UCR, que compite con dos listas —“Vamos Corrientes” de Juan Pablo Valdés y “Encuentro por Corrientes” de Ricardo Colombi— provenientes del propio radicalismo ([turn0search0] ). El cálculo electoral es claro: tanto LLA como el PJ aspiran a quebrar el piso del 45?% o alcanzar un 40?% con 10 puntos de diferencia sobre el segundo para evitar la segunda instancia, prevista para el 21 de septiembre. LLA recibirá un empujón extra con la llegada de Patricia Bullrich, quien acompañará a Almirón en un acto esta tarde. El PJ, por su parte, juega su carta con el intendente Ascúa fortalecido por el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner. Ese desorden radical provoca una oportunidad única: un electorado atomizado y sin un liderazgo claro deja espacio para que los extremos —LLA y PJ— capitalicen. La elección del 31 de agosto se presenta como la antesala de una pulseada provincial urgente, en la que las dos tendencias intentarán erigirse en la segunda fuerza real tras el naufragio del oficialismo tradicional.     ¡No te pierdas ningún detalle de la política argentina y mundial! Síguenos en nuestro canal de WhatsApp: Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P