La ingeniería electoral del peronismo avanza a contrarreloj. Mientras se van cerrando candidaturas provinciales, la lupa está puesta en la conformación de las listas nacionales, donde las tensiones internas afloran pese a los esfuerzos discursivos por mostrar unidad. En ese marco, dos nombres concentran la atención: Sergio Massa y Juan Grabois. El primero, por su renovado protagonismo como factor de equilibrio; el segundo, por su intención de disputar espacios en nombre de una militancia que no se siente representada por los armados clásicos. Sergio Massa busca consolidarse como la figura capaz de tender puentes entre los gobernadores, la CGT y los sectores más moderados del Frente Renovador. Sin embargo, su apuesta por una “lista de unidad” choca con la presión de los movimientos sociales encabezados por Juan Grabois, quien exige representación real y no simbólica. En sus últimas declaraciones, el líder del MTE fue tajante: “Si no hay lugar para los que luchamos en la calle, vamos a dar la pelea igual, adentro o afuera”. El temor a una fractura se agudiza entre los armadores nacionales. Una ruptura con Grabois podría desatar una fuga de votos por izquierda en distritos clave como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, donde el Frente Patria Grande tiene presencia territorial. En paralelo, referentes como Axel Kicillof y Wado de Pedro empujan una síntesis que contenga a ambos sectores, aunque las diferencias programáticas son evidentes. Otro foco de tensión lo constituye el armado del Parlasur, donde se barajan nombres de alto perfil como el de Cristina Álvarez Rodríguez o Andrés Larroque. Pero cualquier definición deberá pasar el filtro de las encuestas y la bendición final del cristinismo, que todavía guarda silencio estratégico. En este clima de rosca permanente, el “clamor” que algunos intendentes agitan en favor de CFK no alcanza para silenciar las tensiones reales. Si bien Cristina no será candidata, su influencia sigue marcando los tiempos de la política peronista. Y en esa lógica, tanto Massa como Grabois se mueven midiendo cada paso. A días del cierre de listas, el peronismo enfrenta un dilema clásico: intentar una síntesis sin traicionar a sus bases o apostar a un equilibrio frágil que puede desmoronarse en plena campaña. Lo que está claro es que las definiciones que vengan no serán sólo nombres: serán señales sobre el rumbo y la identidad del movimiento de cara a la elección más desafiante de los últimos tiempos.     ¡No te pierdas ningún detalle de la política argentina y mundial! Síguenos en nuestro canal de WhatsApp: Canal WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M Y en nuestra: Red X (EX Twitter): https://x.com/El_Pulso_P