Las elecciones en la provincia de Buenos Aires no sólo serán una batalla clave por los votos. También pondrán a prueba la supervivencia política del PRO. A pesar del acuerdo sellado a nivel nacional, el macrismo sabe que deberá disputarle el protagonismo a La Libertad Avanza en cada municipio. Y no está dispuesto a entregar el territorio sin pelea.                      Mientras Karina Milei avanza con su plan de “libertarizar” la provincia y copar las listas con candidatos propios, en el PRO empiezan a aparecer los primeros nombres con los que buscarán resistir la embestida libertaria. Cristian Ritondo, Diego Valenzuela, Soledad Martínez y Martín Yeza figuran entre los cuadros que intentarán conservar poder local y evitar una colonización total de Javier Milei en la provincia.                       La tensión es evidente: lo que en Nación parece una alianza, en Buenos Aires es más bien una guerra fría. El PRO no quiere convertirse en furgón de cola ni en sello prestado, pero al mismo tiempo teme romper del todo y quedar fuera del juego. Por eso cada intendencia, cada lista de concejales, cada nombre que se discute en los cafés del conurbano, es una pieza clave del rompecabezas. La Libertad Avanza, por su parte, apuesta a su voto duro y a los “outsiders”. Saben que la marca Milei todavía seduce a un sector desencantado del sistema y quieren aprovecharlo para plantar bandera propia en bastiones históricos del macrismo. Pero chocar con el PRO implica tensar los acuerdos al máximo y arriesgar la estabilidad de la coalición. El resultado de esta disputa marcará el rumbo del año electoral: si el PRO logra conservar peso territorial, podrá exigir lugares en las boletas y en las futuras negociaciones de poder. Pero si Milei impone sus condiciones, el partido que alguna vez gobernó el país podría terminar convertido en una franquicia más del experimento libertario.         SEGUINOS EN NUESTRO CANAL DE WHATSAPP PARA ESTAR SIEMPRE ACTUALIZADO https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M