El acto oficial del *9 de Julio* en Tucumán, que Javier Milei pretendía utilizar como relanzamiento político tras semanas de desgaste, *pende de un hilo. Según confirmaron desde Casa Rosada, el Presidente evalúa suspender su viaje a San Miguel de Tucumán por las condiciones climáticas adversas previstas para este martes. Pero la tormenta que lo amenaza no es solo de viento y lluvia: es también *una tormenta política* que crece día a día. El operativo era ambicioso. El gobierno esperaba firmar un nuevo “Pacto de Mayo” —aunque en julio— con la presencia de *gobernadores aliados y algunos en duda, en un intento por recomponer su imagen, mostrar unidad y celebrar la independencia con un gesto institucional. Sin embargo, el escenario se fue desmoronando: varios mandatarios provinciales confirmaron su ausencia, otros pusieron condiciones, y el clima, ahora, podría dar el tiro de gracia.                             Desde el entorno presidencial admiten que la *cancelación está bajo análisis. El Servicio Meteorológico Nacional anunció *lluvias y fuertes ráfagas de viento* para el martes en la capital tucumana, lo que pone en riesgo la logística del acto, que incluiría un desfile militar y la firma de un nuevo compromiso institucional. Más allá del pronóstico, lo que verdaderamente preocupa al gobierno es la *debilidad política del acto. Javier Milei llega a esta fecha patria golpeado: con el Congreso trabado, sin quórum propio en el Senado, con proyectos clave bajo amenaza, y con crecientes fricciones dentro de La Libertad Avanza. El acto que iba a ser de “unidad y refundación” ahora se asemeja más a *una foto de soledad y debilidad*. El apartado de Santiago Caputo al armado bonaerense, la interna con Karina Milei, la embestida de la CGT, la ofensiva legislativa del kirchnerismo, la pérdida de aliados como Weretilneck y la resistencia de provincias clave al ajuste fiscal se suman a un combo explosivo. *Ni el 9 de Julio parece dar respiro.* La posibilidad de que el Presidente se quede en Buenos Aires no está cerrada, pero sería un golpe simbólico duro. *En lugar de encabezar el acto central por el Día de la Independencia, podría terminar viéndolo desde Olivos*, sin la épica federal que buscaba construir. Aún no hay confirmación oficial, pero *la tormenta ya está instalada*. Y no parece que vaya a disiparse fácilmente.   SEGUINOS EN NUESTRO CANAL DE WHATSAPP PARA ESTAR SIEMPRE ACTUALIZADO https://whatsapp.com/channel/0029VbBqLhV4tRroiQaqOB0M