El auge de la *inteligencia artificial generativa* está desafiando uno de los pilares tradicionales de la vida universitaria: la *escritura académica. En todo el mundo, las casas de altos estudios debaten cómo responder ante la irrupción de herramientas como *ChatGPT, *Claude* o *Copilot, que permiten redactar textos complejos en segundos y ponen en jaque el concepto clásico de autoría y evaluación. Según un informe de Infobae, universidades públicas y privadas de América Latina, Europa y Estados Unidos *comienzan a implementar nuevos criterios, sistemas de detección y hasta formas alternativas de enseñanza. Mientras tanto, alumnos y docentes discuten los límites éticos y el potencial de estas tecnologías.   Más allá del “copy-paste” A diferencia del plagio tradicional, el contenido generado por IA *es original, pero no humano, lo que genera un vacío normativo. Muchas universidades optaron por reformular sus reglamentos internos, exigir declaraciones de uso de IA o incluso incorporar instancias orales o trabajos prácticos presenciales para evitar la “automatización total” de la producción académica. En Argentina, el fenómeno también gana terreno. En la Universidad de Buenos Aires, por ejemplo, ya hay *docentes que prohíben expresamente el uso de IA sin autorización* y otros que optan por integrarla como objeto de análisis.   ¿Herramienta o trampa? Para muchos académicos, la inteligencia artificial no es el problema, sino una oportunidad para actualizar la pedagogía. Plantean que, en lugar de perseguir a los alumnos, hay que enseñarles a usar bien estas herramientas*, del mismo modo que se enseña a citar una fuente o estructurar un argumento. > “La clave está en formar estudiantes críticos, no solo en detectar trampas”, expresó un profesor de filosofía del derecho.     Un cambio estructural Expertos en educación superior advierten que la IA no solo afecta cómo se redactan ensayos o monografías, sino que también interpela a los docentes a cambiar la forma en que enseñan, evalúan y diseñan sus programas. Algunos cursos ya reemplazan trabajos escritos por presentaciones interactivas, simulaciones o debates guiados, para estimular la reflexión original y la participación activa.   Un desafío global con impacto local Si bien las grandes universidades del hemisferio norte lideran el debate, en países como Argentina la discusión adquiere particular relevancia por la masividad del sistema universitario público y gratuito, donde los recursos para implementar controles tecnológicos son limitados. La preocupación crece especialmente en carreras como **ciencias sociales, derecho o comunicación*, donde el desarrollo de pensamiento crítico y capacidad argumentativa es central.                   La escritura académica ya no será la misma.  El desafío es que la IA no reemplace la formación, sino que la potencie con reglas claras, ética y creatividad.