Milei y Fassi, defensor de las SAD Mientras el Gobierno nacional intensifica su presión sobre el fútbol argentino para habilitar la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), una figura emergió como pieza clave en la resistencia: Pablo Toviggino, actual tesorero de la AFA y mano derecha de Claudio “Chiqui” Tapia.         Desde hace meses, Toviggino encabeza la postura más firme en defensa del modelo asociativo tradicional. Alineado con los principios que sostienen FIFA y Conmebol —que prohíben la injerencia estatal en el manejo de las federaciones—, se convirtió en el rostro más visible del rechazo al avance privatizador que impulsa el oficialismo libertario. Pero su exposición lo puso en la mira de sectores del poder. En abril de 2024, mientras el debate sobre las SAD tomaba temperatura, una denuncia penal fue presentada en su contra, sin sustento sólido, buscando generar un efecto disciplinador. La jugada no pasó desapercibida para nadie en el mundo del deporte: fue interpretada como una maniobra política para condicionar su protagonismo en la disputa. Lejos de retroceder, Toviggino enfrentó la situación con el mismo aplomo con el que ha sostenido la defensa del fútbol argentino en foros internacionales. La Justicia desestimó la denuncia por falta de pruebas, reafirmando no solo su inocencia, sino también dejando en evidencia la intencionalidad de fondo detrás del expediente.           Con ese episodio superado, su figura se fortaleció dentro de Viamonte 1366. El respaldo de los clubes, los consejos federales del interior, y la protección normativa de FIFA y Conmebol lo blindaron ante nuevas ofensivas. Hoy, Toviggino no solo es la voz más firme contra la privatización, sino también un referente institucional que representa al fútbol argentino ante la comunidad internacional. “Intentaron correrme con una denuncia falsa. No me voy a ir. Vamos a defender a los clubes como lo hicimos siempre”, habría afirmado en privado ante dirigentes del ascenso. La historia reciente del fútbol sudamericano está plagada de ejemplos donde la entrega a capitales privados terminó en desastres deportivos y económicos. Toviggino lo sabe, y por eso, su rol es más que político: es estratégico para la preservación del modelo que aún permite que los socios sean dueños de su club, y no accionistas extranjeros con fines de lucro. Lease nota relacionada :  Tensión máxima entre la AFA y el Gobierno por las SAD pone a la FIFA en alerta!