Política y economía global

Rusia ratifica su alianza nuclear con Irán: desafío a Occidente y muestra de poder

El Kremlin reafirmó su apoyo al programa nuclear “pacífico” de Teherán, condenó los ataques de EE.UU. e Israel y avisó que la cooperación seguirá este año pese a presiones internacionales.

  • 26/06/2025 • 19:03

Rusia salió a bancar a Irán de manera contundente. En Moscú, la portavoz del Kremlin, María Zajárova, afirmó que la colaboración con Irán en materia nuclear “nunca estuvo en duda” y será reforzada en 2025, descartando cualquier interferencia externa.

El comunicado subraya que la cooperación es “totalmente legítima” y cuenta con el respaldo de organismos de la ONU, en un mensaje directo contra las denuncias de Washington y Tel Aviv sobre los recientes bombardeos a instalaciones iraníes. Moscú calificó esos ataques como un intento de “limitar los derechos legítimos” de Teherán.

Rusia insiste en mantener el programa nuclear civil iraní, respaldado por el Tratado de Asociación Estratégica Integral firmado en enero, que impulsa la cooperación con fines energéticos pacíficos, no en una alianza militar —aunque incluye tecnología y drones—.

Además, el canciller Lavrov pidió que Irán mantenga su compromiso con el OIEA y con los controles internacionales, pese al reciente impasse tras la suspensión de la colaboración iraní con el organismo, en represalia por los bombardeos.

Para el Kremlin, esta postura tiene varios propósitos: sostener lazos comerciales, apuntalar su influencia en Medio Oriente, cuestionar la narrativa occidental y plantearse como mediador técnico en la crisis regional, sin correr al país hacia un conflicto directo .

 

* Moscú refuerza el programa nuclear iraní con fines civiles y dice que continuará.

* Critica los ataques de EE.UU. e Israel como acciones ilegítimas que amenazan derechos soberanos.

* Exige que Irán mantenga vínculos con el OIEA, intentando preservar cierto marco institucional.

* La movida reafirma la alianza estratégica entre ambos países, pero evita compromisos militares formales.

 

El respaldo ruso no solo desafía la narrativa occidental: también posiciona a Moscú como actor clave en una crisis que, hasta ahora, había sido protagonizada por Washington, Teherán y Tel Aviv. Una jugada de poder y diplomacia con consecuencias globales.