Javier Milei ya tiene su "mesa chica" para avanzar con la reforma laboral que busca modernizar las relaciones de trabajo en Argentina. Este martes debutará formalmente el Consejo de Mayo, la criatura institucional que reúne a empresarios, gremialistas y representantes del Gobierno para consensuar –o al menos intentar– los ejes de la transformación laboral más ambiciosa de las últimas décadas. El listado de los elegidos mezcla nombres de peso de la política, el sector privado y los sindicatos. Por el lado oficial, estarán los ministros Luis Caputo (Economía), Sandra Pettovello (Capital Humano), Guillermo Francos (Interior) y Patricia Bullrich (Seguridad). También se suman el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el titular de la Secretaría de Trabajo, Julio Cordero. En representación del empresariado estarán los referentes de la UIA, la Sociedad Rural, ADEBA (bancos) y la Cámara Argentina de la Construcción, entre otras. Del lado sindical, los caciques de la CGT ya marcaron presencia, aunque con dudas internas: la fractura expuesta por Hugo y Pablo Moyano sobrevolará la reunión. El Consejo tendrá la misión de discutir una reforma laboral profunda, que incluiría cambios en las indemnizaciones, flexibilidad en contrataciones y un nuevo esquema para los convenios colectivos. “Sin tabúes, sin dogmas ideológicos”, repiten cerca de Milei. Pero no todo será fácil: varios gobernadores y gremios "dialoguistas" advierten que no convalidarán una reforma exprés que arrase con derechos adquiridos. En la Casa Rosada saben que la pulseada será dura, pero están convencidos de que sin estos cambios no habrá ni inversión ni generación de empleo privado. Además, el propio FMI y los grandes fondos internacionales miran con lupa esta discusión, como señal de que Argentina se encamina –o no– hacia un modelo económico más competitivo. Por ahora, el Consejo de Mayo arranca con expectativa, tensiones y una certeza: si fracasa, será un golpe directo al corazón del plan de Milei.