El conflicto entre Israel e Irán alcanzó este viernes su punto más álgido en años. Según fuentes militares confirmadas por medios internacionales, el régimen iraní lanzó una serie de misiles balísticos contra la ciudad de Tel Aviv, en una respuesta directa a los recientes ataques israelíes sobre territorio iraní y sus aliados en la región. Las sirenas de alarma se activaron en varias ciudades israelíes, incluyendo la propia capital, mientras los sistemas de defensa antimisiles Iron Dome intentaban interceptar la lluvia de proyectiles. Los primeros reportes indican que algunas de las defensas lograron neutralizar parte del ataque, pero otras detonaciones se habrían producido en zonas urbanas, generando daños materiales y pánico entre la población. El gobierno de Benjamin Netanyahu había intensificado sus bombardeos sobre objetivos vinculados a la Guardia Revolucionaria iraní y a grupos chiitas en Siria y Líbano, en el marco de su ofensiva contra Hezbollah. La respuesta de Teherán no se hizo esperar: la Guardia Revolucionaria confirmó oficialmente el lanzamiento de misiles hacia Israel como "advertencia severa" ante las acciones de Tel Aviv. En paralelo, Estados Unidos pidió contención a ambas partes para evitar una guerra de escala regional, mientras que Rusia expresó "preocupación extrema" y solicitó a la ONU una sesión de emergencia para tratar la crisis. Este nuevo episodio amenaza con desbordar los frágiles equilibrios de Medio Oriente. Israel se encuentra en estado de máxima alerta, al igual que las bases militares estadounidenses en la zona. Los mercados internacionales reaccionaron con caídas en los índices bursátiles y suba del petróleo, anticipando un escenario de mayor inestabilidad global. En tanto, los analistas advierten que esta escalada puede derivar en un enfrentamiento abierto entre Israel e Irán, algo que hasta ahora había sido evitado pese a años de tensiones y ataques encubiertos. Por el momento, el gobierno israelí no confirmó bajas civiles ni militares, pero medios locales hablan de al menos una decena de heridos en Tel Aviv. La comunidad internacional sigue el conflicto con extrema atención, mientras crece el temor a un estallido bélico de gran escala.