Pulso político-social: tensión, piquete y una elección de paz El reclamo realizado por organizaciones como la CTD Aníbal Verón y Barrios de Pie bloqueó ambos carriles en el kilómetro 9 desde media mañana. Automovilistas quedaron varados mientras se esperaba una intervención que llegó poco antes de las 15, cuando Gendarmería y la policía bonaerense comenzaron el desalojo . Vehículos atravesaron la protesta, generando incidentes con roturas y robos según reportaron choferes varados. Según un testigo, “les rompieron literalmente todo el vehículo”, y algunos automóviles fueron desvalijados antes del desalojo . Distinta a otros operativos, esta vez la ministra decidió evitar el uso de fuerza excesiva. Tras cuatro horas de corte, hubo intervención policial controlada sin heridos ni detenidos en masa. Desde su área argumentan que se privilegiaron los canales de diálogo. El Ministerio de Seguridad anunció denuncias penales contra quienes participaron del bloqueo, argumentando “encubrimiento del delito” y acciones contra el tránsito. De todos modos, no hubo avance represivo durante el corte . Para Bullrich, frenar la represión busca “daño mínimo al ciudadano” aún ante cortes prolongados. La decisión también saca del centro la imagen penalizadora surgida en otras protestas, intentando mantener un perfil más institucional. El corte en la autopista Buenos Aires–La Plata reflejó tanto el descontento social como la revalidación de la apuesta por el diálogo en seguridad. Patricia Bullrich eligió no reprimir y esquivar confrontación directa, aunque deja un mensaje claro: habrá denuncia judicial, pero no represión masiva. El dilema futuro ahora estará en equilibrar orden, protestas y estrategia política.