Cristina Fernández de Kirchner volvió a sorprender con una jugada internacional: sus abogados viajaron a La Haya para presentar una denuncia formal ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en la que acusan al Estado argentino de llevar adelante una "persecución política sistemática" contra la exmandataria. El escrito, firmado por los abogados Roberto Boico y Gregorio Dalbón, sostiene que la condena por corrupción en la causa Vialidad —confirmada la semana pasada por la Corte Suprema de Justicia— es el corolario de una maniobra de "lawfare" impulsada por sectores del Poder Judicial, medios de comunicación y grupos económicos que buscan eliminar políticamente a Cristina y proscribirla como figura electoral. "Nos vemos forzados a acudir a instancias internacionales porque en Argentina se han agotado todos los caminos institucionales para garantizarle a la Dra. Fernández de Kirchner un debido proceso y un tribunal imparcial", dice la presentación, a la que tuvo acceso la prensa. Según argumentaron sus defensores, la exvicepresidenta es víctima de una violación a sus derechos civiles y políticos contemplados en tratados internacionales, entre ellos el Pacto de San José de Costa Rica. En su alegato ante el tribunal internacional, los letrados señalan que la Corte Suprema "no actuó con imparcialidad" y que la condena obedece más a razones políticas que a pruebas concretas de corrupción. Se trata de un hecho inédito en la historia argentina: nunca antes un expresidente había judicializado su situación en el máximo tribunal internacional. La movida tiene un fuerte contenido político: desde el Instituto Patria entienden que la vía local está agotada y que la única manera de revertir la condena es presionar desde el plano externo. Mientras tanto, en el Gobierno relativizan la acción. “Es puro show para victimizarse. La Corte de La Haya no tiene competencia en casos penales internos”, ironizó una fuente de Casa Rosada. Desde el oficialismo libertario aseguran que esta estrategia solo busca mantener viva la épica de la "perseguida" en la militancia kirchnerista. Sin embargo, en el peronismo aseguran que la jugada de Cristina refuerza la narrativa de proscripción, sobre todo después de que el fallo de la Corte Suprema le impidiera ser candidata en las elecciones de 2025. El expediente presentado en la CIJ será analizado en las próximas semanas, aunque expertos en derecho internacional advirtieron que este tipo de demandas tienen pocas chances de prosperar, ya que el tribunal de La Haya no suele intervenir en causas penales de jurisdicción nacional, salvo en casos de genocidio o crímenes de lesa humanidad. Aún así, la apuesta de Cristina es política: reforzar su imagen de víctima de un sistema que, según ella, busca impedir que vuelva al poder. En paralelo, se espera que en las próximas horas la exmandataria grabe un mensaje para explicar los motivos de su presentación en La Haya. Por ahora, la escena política argentina sigue girando en torno a su figura, a pesar de la condena. Y todo indica que Cristina no piensa retirarse en silencio.