Patricia Bullrich volvió a encender la mecha. Sin vueltas y fiel a su estilo provocador, la ministra de Seguridad comparó la situación judicial de Cristina Kirchner con la insólita candidatura del ex policía preso en Misiones, que desde la cárcel obtuvo un sorpresivo 20% de los votos en las elecciones provinciales del pasado domingo. “Es insólito que hablen de proscripción cuando el domingo un preso sacó 20 puntos desde la cárcel en Misiones. Si Cristina quiere competir, que lo haga desde donde le toque, como hizo este candidato”, lanzó Bullrich en una entrevista radial, en alusión directa a la ex presidenta que espera un fallo adverso de la Corte Suprema en la causa Vialidad. La frase cayó como una bomba en el peronismo, que no tardó en reaccionar con furia. Desde el entorno de Cristina consideraron la comparación como “una falta total de respeto a una ex jefa de Estado y líder democrática que jamás ha estado privada de su libertad”. Varios dirigentes salieron en redes a repudiar la chicana, entre ellos Mayra Mendoza y Martín Ascúa, quienes denunciaron “persecución judicial y política” contra la Vicepresidenta. En la Casa Rosada optaron por el silencio, pero no ocultaron satisfacción. “Patricia dijo lo que muchos piensan pero no se animan a decir. Si Cristina se siente proscripta es porque no acepta enfrentar a la Justicia como cualquier ciudadano”, deslizó con sorna un alto funcionario libertario. El insólito episodio que usó Bullrich como ejemplo ocurrió en Misiones, donde un ex comisario detenido y con causas pendientes por corrupción compitió desde la cárcel y sorprendió al oficialismo local con un inesperado caudal de votos, quedando segundo en varias mesas. Para Bullrich, es una prueba de que “en la Argentina cualquiera puede ser candidato, aún en prisión”. Sin embargo, en el kirchnerismo consideran que la operación judicial sobre Cristina es de otro calibre. “Lo de Misiones fue un caso marginal, lo de Cristina es una embestida contra la democracia misma”, señalaron cerca de Axel Kicillof. La tensión política crece día a día, a la espera del inminente fallo de la Corte que podría marcar el fin de la carrera electoral de Cristina Kirchner. Y Bullrich, lejos de calmar las aguas, eligió echarle más leña al fuego.