El fallo aún no se conoce, pero en la Casa Rosada dan por hecho que será adverso para Cristina Kirchner. Según revelaron fuentes oficiales, la Corte Suprema estaría decidida a ratificar la condena en la causa Vialidad, lo que la inhabilitaría políticamente y marcaría un antes y un después en la historia reciente de la Argentina. El dato ya circula entre los principales despachos libertarios. En Balcarce 50 hay quienes hablan de una “decisión irreversible” de la Corte, y otros incluso la celebran en silencio, conscientes de que la proscripción de Cristina puede desordenar aún más al peronismo y abrir un escenario favorable para Javier Milei en 2025. “El fallo va a salir y no hay margen para otra cosa que no sea confirmar la condena. Nadie en la Corte quiere quedar pegado a una maniobra de impunidad”, deslizó un importante funcionario del entorno presidencial.   El Gobierno, por ahora, mantiene una estrategia de absoluto silencio público. Saben que cualquier declaración puede ser interpretada como presión o intromisión sobre la Justicia. Sin embargo, en privado varios libertarios admiten que el eventual retiro forzado de Cristina de la escena política despeja el camino para consolidar su proyecto de reformas estructurales sin la amenaza de una oposición kirchnerista fuerte. En el peronismo, en cambio, reina la incertidumbre. Las señales que llegan desde Comodoro Py y la propia Corte Suprema fueron leídas como una sentencia sellada. En el Instituto Patria dan la batalla por perdida y ya piensan en el “día después” de Cristina: cómo ordenar al movimiento sin su figura central y evitar una estampida interna. La CGT, dividida, no logra unificar una respuesta y los gobernadores miran para otro lado, temerosos de quedar atrapados en la pelea. Sólo Axel Kicillof y un puñado de intendentes se mostraron dispuestos a respaldar a la Vicepresidenta con actos públicos. En paralelo, en la Casa Rosada surgió un nuevo dilema: cómo capitalizar políticamente el fallo sin provocar un estallido social o victimizar a Cristina. Algunos libertarios temen que una condena sirva de excusa para movilizaciones masivas y un reagrupamiento del peronismo bajo la bandera de la “proscripción”. Por lo pronto, el clima en la política argentina es de máxima tensión. Todos esperan el fallo que puede cambiar el mapa de poder, mientras el oficialismo ya hace cuentas sin Cristina en el tablero.