La tensión en el oficialismo llegó a su punto máximo este lunes en la sede del PJ de la calle Matheu. Allí, Cristina Fernández de Kirchner encabezó un encuentro con senadores nacionales mientras aguarda el fallo de la Corte Suprema sobre la causa Vialidad, que podría sellar su futuro judicial y político. La decisión de la Corte es inminente y en el entorno de la Vicepresidenta se respira preocupación. Según pudo reconstruir El Pulso Político, la ex mandataria mantuvo en las últimas horas una comunicación directa con Sergio Massa. El diálogo entre ambos no pasó desapercibido en el peronismo, que especula con un posible reordenamiento interno si Cristina quedara inhabilitada políticamente. Massa, que medita su futuro electoral, aparece nuevamente en el radar del kirchnerismo como posible figura de consenso para una eventual estrategia de resistencia o de armado electoral alternativo. En el PJ porteño, Cristina recibió el respaldo cerrado de senadores de peso como Juliana Di Tullio, Oscar Parrilli y Anabel Fernández Sagasti, quienes también expresaron su alarma por la maniobra judicial que —sostienen— busca “proscribirla de la vida política”. "No pudieron matarla, ahora quieren meterla presa", fue la frase que sobrevoló en los pasillos del partido y que luego se replicó en los discursos de varios dirigentes. El encuentro sirvió para ordenar la tropa ante la posibilidad de un fallo condenatorio de la Corte, escenario que el kirchnerismo da prácticamente por descontado. La ex presidenta reiteró ante los suyos que no tiene miedo a la cárcel, pero pidió una reacción política y popular firme, aunque dentro de los marcos institucionales. El operativo respaldo incluyó un mensaje grabado de intendentes y gobernadores que no pudieron asistir pero que enviaron su apoyo a través de videos y mensajes escritos. Sin embargo, la ausencia de Axel Kicillof en el acto fue notoria: el gobernador envió una comitiva de funcionarios, pero evitó mostrarse junto a Cristina, una señal que generó ruido en algunos sectores de La Cámpora y el Instituto Patria. En paralelo, la incertidumbre domina las filas libertarias: en el entorno de Javier Milei todavía no definen cuál será el candidato que enfrentará a un eventual peronismo reordenado tras el fallo. Las versiones cruzadas en Casa Rosada revelan la incomodidad oficial ante un escenario que podría derivar en una fuerte movilización social. La Corte Suprema, mientras tanto, guarda silencio. El fallo podría conocerse esta semana y sus consecuencias serían de alcance histórico: no solo para el futuro de Cristina Kirchner, sino para el equilibrio de poder en el sistema político argentino. El peronismo se prepara para lo peor. La pregunta que desvela a todos es la misma: ¿qué hará Cristina si la Corte la condena? Por ahora, la ex presidenta guarda la respuesta en reserva.