La tensión volvió a escalar en el kirchnerismo tras las versiones que indican que la Corte Suprema de Justicia podría emitir un fallo adverso contra Cristina Kirchner en las próximas semanas. Frente a este escenario, el núcleo duro del peronismo decidió convocar a una reunión urgente para evaluar la estrategia política y judicial a seguir. La cumbre se concretará esta semana con la presencia de funcionarios nacionales, legisladores, dirigentes del Instituto Patria y abogados de extrema confianza de la expresidenta. La preocupación central gira en torno a la posibilidad de que el máximo tribunal deje firme su condena por administración fraudulenta, lo que podría inhabilitarla políticamente de cara al año electoral. Desde el entorno de Cristina no ocultan el malestar. "Esto es una embestida directa", deslizó un dirigente que suele frecuentar su círculo más cercano. La exmandataria ya había dejado entrever esta posibilidad en su última aparición pública, cuando advirtió que “van por la proscripción”. Repercusiones internas y el riesgo de fractura El tema también generó ruido dentro de Unión por la Patria, donde algunos sectores se muestran cautelosos, mientras otros presionan para que el espacio adopte una postura más combativa. El temor de fondo es que el fallo sirva para limitar las aspiraciones electorales de Cristina en la Provincia de Buenos Aires, donde aún no confirmó su candidatura pero juega un rol central. En paralelo, se barajan alternativas: desde activar una ofensiva comunicacional en defensa de la ex vicepresidenta hasta promover un nuevo “operativo clamor”, esta vez bajo la consigna de “Cristina o proscripción”. La Corte, en el centro de la escena La Corte Suprema, por su parte, mantiene el hermetismo, pero todo indica que el expediente podría resolverse en las próximas semanas. El escenario judicial vuelve a cruzarse con el calendario electoral, y el kirchnerismo se prepara para dar la batalla política. “Si la proscriben, salimos a la calle”, advirtió un referente de La Cámpora. Todo esto sucede en un clima donde la gobernabilidad de Javier Milei también empieza a crujir, con tensiones en el Congreso y presión de los gobernadores. En ese contexto, la figura de Cristina vuelve al centro del tablero, no solo como dirigente, sino como símbolo de una disputa que atraviesa lo político, lo judicial y lo institucional.