Javier Milei ya está en Roma y su agenda no pasa desapercibida. La visita a Italia tiene un doble objetivo: abrir una nueva etapa en la relación personal con el Papa Francisco y avanzar con una alianza geopolítica con la premier Giorgia Meloni, referente indiscutida de la nueva derecha en Europa. El mandatario aterrizó acompañado por una comitiva que incluye a su hermana Karina, el embajador Axel Wahnish, y la canciller Diana Mondino. A diferencia del tono confrontativo que solía tener hacia el pontífice —al que alguna vez trató de “representante del maligno en la Tierra”—, Milei busca ahora establecer un vínculo más institucional y diplomático, entendiendo el peso que tiene el Papa en la arena global. La reunión con Francisco está prevista como una conversación “uno a uno”, sin declaraciones públicas, y con el objetivo de “limar asperezas”, según fuentes oficiales. En el Gobierno aseguran que la idea es hablar de pobreza, educación, libertad religiosa y —aunque con cautela— del rumbo económico del país. En paralelo, el encuentro con Giorgia Meloni será mucho más político. El Gobierno trabaja en la firma de un memorando de entendimiento para cooperación bilateral en áreas como energía, defensa, comercio y seguridad. La premier italiana, que lidera el partido posfascista Hermanos de Italia, es vista por Milei como una “aliada natural” en el marco de su estrategia global para insertarse como figura de la nueva ola de derecha occidental. La Cancillería remarcó que el viaje busca “profundizar los vínculos bilaterales con el Vaticano e Italia”, pero la Casa Rosada tiene otra lectura: proyectar a Milei como actor central del nuevo orden ideológico global, en sintonía con Donald Trump, Santiago Abascal en España y ahora también Meloni. En Argentina, el viaje coincide con una semana caliente: aumentos votados para jubilaciones que el Gobierno promete vetar, conflicto en el Hospital Garrahan, paros docentes, y fracturas internas dentro de La Libertad Avanza. En ese contexto, la gira internacional funciona como una vía de escape para el Presidente, que busca mostrarse sólido afuera mientras enfrenta tensiones adentro. Además, según Infobae, Milei llevará un mensaje institucional sobre el rumbo del país, pero también espera que la foto con Francisco contribuya a suavizar su imagen en el electorado más moderado y católico, clave de cara a una posible candidatura en 2027. Milei en Roma es Milei en clave geopolítica. La postal con Meloni y el Papa podría no solo calmar el frente externo, sino también enviar un mensaje hacia adentro: el Presidente sigue apostando al plano internacional como trampolín político mientras en casa arde el frente social.