Gustavo Gennuso, dos veces intendente de Bariloche por Juntos Somos Río Negro (JSRN), se despegó públicamente del espacio que lo llevó al poder y apuntó tanto contra la conducción del partido como contra el propio gobernador Alberto Weretilneck. “Este JSRN no tiene nada que ver con aquél JSRN”, sentenció, marcando diferencias con el modelo que, según él, se desdibujó con el tiempo. Aunque no renunció formalmente a JSRN, el exjefe comunal ya actúa como un dirigente por fuera del espacio. Su alejamiento llega en un momento en el que el partido enfrenta tensiones internas y replanteos sobre su rumbo, lo que potencia el impacto de sus declaraciones. Esta declaración se suma a un contexto complejo para JSRN, que intenta reordenar su estrategia de cara a las elecciones provinciales. La postura de Gennuso no solo refleja una interna agitada, sino que expone los interrogantes sobre la cohesión y el futuro del oficialismo en Río Negro. Y el surgimiento de un nuevo foco de tensión: la diputada nacional de La Libertad Avanza, Lorena Villaverde, denunció penalmente al gobernador Weretilneck por presunto encubrimiento en la causa del ataque armado contra una sede libertaria en General Roca. Aunque desde el entorno del mandatario minimizaron el hecho, el tema sumó presión a una gestión ya golpeada por disputas internas y desgaste político. Con un pie afuera del partido y otro en el banquillo, Gennuso vuelve al centro de la escena política rionegrina, esta vez desde la vereda crítica. Y su situación judicial no pasa desapercibida: será el primer exintendente de JSRN en enfrentar un juicio oral por presunto peculado en el marco de la causa “Techo Digno”. Sin embargo, insisten en que no hubo desvío de fondos. “La plata está, las casas se hicieron y a la gente se le cumplió. Que quede claro”, remarcan.  Sin embargo todo indicaría que hay un armado político detrás de la causa, con más olor a operación que a una investigación real, en una lógica que es habitual en el manejo del poder en el interior del país. Mientras tanto, Weretilneck eligió el silencio. No respondió a las críticas de su exaliado, quien supo ser su mejor bastión, ni hizo mención a la denuncia en su contra. En un escenario cargado de tensiones, el oficialismo rionegrino parece caminar sobre terreno cada vez más inestable.       .