Provincias y CABA

El kirchnerismo retoma las riendas en CABA: Recalde y Santa María lideran la campaña nacional y buscan sumar a Moreno y Abal Medina

Tras la derrota en las elecciones legislativas porteñas, el kirchnerismo asume el control de la estrategia electoral en la Ciudad de Buenos Aires de cara a las elecciones nacionales del 26 de octubre. Mariano Recalde y Víctor Santa María encabezarán la campaña, con la intención de unificar al peronismo local y confrontar directamente con La Libertad Avanza.

  • 29/05/2025 • 09:26

Luego de que Leandro Santoro quedara en segundo lugar en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires, detrás del vocero presidencial Manuel Adorni, el peronismo porteño reorganiza su estrategia de cara a los comicios nacionales. En esta nueva etapa, el kirchnerismo toma las riendas de la campaña en CABA, con Mariano Recalde y Víctor Santa María al frente del comando electoral.

 El control de la estrategia      El titular del gremios de  

Este cambio de liderazgo responde a un acuerdo previo entre los distintos sectores del peronismo porteño, en el que se estableció que, tras las elecciones locales, el kirchnerismo asumiría el control de la campaña nacional. La estrategia se centrará en confrontar directamente con el modelo político y económico de La Libertad Avanza, buscando polarizar el escenario electoral entre el oficialismo y la oposición peronista.

El kirchnerismo intentará cerrar un

Además, el nuevo equipo de campaña intentará sumar a figuras como Juan Manuel Abal Medina y Guillermo Moreno, quienes presentaron espacios por separado en los últimos comicios locales. La intención es consolidar una alianza que muestre unidad dentro del peronismo porteño y sirva de ejemplo para el peronismo bonaerense, actualmente atravesado por tensiones internas.

La campaña buscará reivindicar el rol de Cristina Kirchner y reforzar el contenido ideológico del discurso opositor, dejando atrás la estrategia más moderada y vecinalista que caracterizó a la candidatura de Santoro. Se espera que la estética de la campaña retome los colores celeste y blanco de Unión por la Patria, abandonando el verde utilizado en las elecciones locales.

Con esta reorganización, el kirchnerismo apuesta a recuperar terreno en la Ciudad de Buenos Aires y consolidar una oposición fuerte frente al avance de La Libertad Avanza en el escenario político nacional.