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Gas pimienta para los abuelos": fuerte represión en la marcha de jubilados frente al Congreso

La protesta pacífica de jubilados terminó con escenas de tensión, golpes y gases lacrimógenos. El protocolo antipiquetes de Bullrich volvió a quedar en el centro del debate, mientras la oposición denuncia un “trato inhumano” y el oficialismo guarda silencio.

  • 28/05/2025 • 18:37

La Ciudad de Buenos Aires vivió este miércoles una jornada de alta tensión cuando la Policía Federal, bajo las órdenes del Ministerio de Seguridad, aplicó con fuerza el protocolo antipiquetes contra un grupo de jubilados que se manifestaban frente al Congreso Nacional. La escena fue impactante: hombres y mujeres mayores, muchos con bastones o sillas plegables, enfrentando gases lacrimógenos, empujones y un violento desalojo en plena Avenida Rivadavia.

La protesta, convocada por organizaciones de jubilados y sindicatos, reclamaba una actualización urgente de haberes ante la fuerte pérdida del poder adquisitivo. También pedían el fin del ajuste sobre el PAMI y el acceso a medicamentos gratuitos. Todo se desarrollaba en tono pacífico hasta que, según relataron los presentes, llegó una orden clara: “desalojar la vía pública”.

Las fotos de la represión a la marcha de jubilados e hinchas en el Congreso

La policía avanzó en formación y comenzó a empujar a los manifestantes. En cuestión de minutos, la situación se desmadró. Videos que circularon en redes sociales muestran cómo un agente rocía gas pimienta a corta distancia sobre un hombre de más de 70 años. Otros se desplomaron por el efecto de los gases. El SAME tuvo que asistir a al menos 12 personas, entre ellos dos con crisis de hipertensión.

Desde el Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich aseguraron que “se actuó en cumplimiento estricto del protocolo” y que “la ocupación de la calle estaba impidiendo la circulación”. No hubo, hasta el momento, declaraciones de la ministra ni del presidente Javier Milei.

En cambio, la oposición salió con dureza. El diputado Leandro Santoro calificó el accionar como “brutalidad sin alma” y pidió la interpelación urgente de Bullrich. Myriam Bregman, del Frente de Izquierda, acusó al Gobierno de “criminalizar la protesta social de los sectores más vulnerables”.

Desde los organismos de derechos humanos también hubo repudio. Estela de Carlotto sostuvo que “no hay protocolo que justifique golpear a los abuelos” y llamó a la sociedad a “no naturalizar esta violencia”.

Mientras tanto, en redes sociales el tema fue tendencia durante todo el día bajo hashtags como #ReprimenJubilados y #ProtocoloSinCorazón. Muchos usuarios compararon las imágenes con las represiones de los años 90, en pleno auge del ajuste menemista.

El escenario político se tensa aún más. La represión de hoy, sumada a los recientes episodios con docentes en Córdoba y trabajadores estatales en Rosario, refuerza la idea de una política de orden a cualquier costo. En los pasillos del Congreso, incluso legisladores cercanos al oficialismo comenzaron a manifestar “preocupación” por el manejo del conflicto social.

En medio del silencio oficial, lo único que se escucha es el eco de los bastones golpeando el asfalto. Y el grito de un jubilado que quedó grabado en todos los videos: “¡No somos delincuentes, somos viejos con hambre!”