En Catamarca, una multitudinaria movilización de docentes autoconvocados puso en jaque al gobierno de Raúl Jalil. La protesta, motivada por la implementación de un decreto que regulaba la actividad docente, logró que el gobernador derogara la medida en un intento por calmar los ánimos.  Sin embargo, la situación está lejos de resolverse. La rebelión docente amenaza con contagiar a otros sectores estatales, que ya expresaron su descontento con las políticas del gobierno provincial. La falta de diálogo y las decisiones unilaterales han generado un clima de tensión que podría derivar en un conflicto de mayor envergadura. La derogación del decreto no logró apaciguar completamente a los manifestantes, quienes exigen una revisión integral de las condiciones laborales y salariales. La presión social y la falta de respuestas concretas por parte del gobierno podrían desencadenar una crisis política en Catamarca, con repercusiones a nivel nacional. La situación en Catamarca refleja el creciente malestar de los trabajadores estatales frente a políticas que consideran injustas y arbitrarias. La falta de diálogo y la imposición de medidas sin consenso generan un clima de descontento que podría extenderse a otras provincias, poniendo en jaque la estabilidad política y social en el país.