En un contexto de escasez de divisas y presiones cambiarias, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha decidido reforzar las restricciones a las importaciones y ampliar el alcance del impuesto PAIS. Estas medidas buscan contener la demanda de dólares y mantener un tipo de cambio oficial competitivo. El gobierno ha extendido el impuesto PAIS al giro de dividendos y operaciones con Bopreal, que ahora pasan a estar gravadas en un 17,5%. Esta decisión busca desalentar la salida de divisas y priorizar su uso para actividades productivas. Además, se han implementado restricciones adicionales a las importaciones, con el objetivo de reducir la presión sobre el mercado cambiario. Estas medidas han generado preocupación entre los empresarios, que advierten sobre posibles impactos negativos en la producción y el empleo. El gobierno argumenta que estas políticas son necesarias para estabilizar la economía y evitar una devaluación brusca del peso. Sin embargo, economistas y analistas advierten que el endurecimiento del cepo puede generar distorsiones en el mercado y afectar la competitividad de las empresas. En paralelo, el presidente Javier Milei ha anunciado medidas para atraer los dólares no declarados que se encuentran fuera del sistema financiero. A través de un decreto, se eliminaron controles fiscales para permitir que particulares utilicen estos dólares sin justificar su origen en compras como propiedades, vehículos o depósitos bancarios. Desde el 1 de julio, las transferencias bancarias inferiores a 43.000 dólares y los depósitos a plazo de hasta 85.000 dólares no requerirán justificación de fondos. Esta iniciativa busca estimular la economía y aumentar las reservas del Banco Central. Estas medidas reflejan la estrategia del gobierno de Javier Milei para estabilizar la economía y atraer inversiones, en un contexto de alta inflación y escasez de divisas. Sin embargo, su efectividad dependerá de la capacidad del gobierno para generar confianza y garantizar la transparencia en la implementación de estas políticas.