El día arrancó con café cargado. En una entrevista radial, Milei soltó la primera granada: “Entiendo que para ciertas cosas Mauricio está grande y no las entiende. La sociedad cambió, el hartazgo con la casta política es total y no podemos seguir mirando por el espejo retrovisor”. Las palabras cayeron como plomo en el PRO, que aún digiere la peor elección de su historia en la Ciudad. Lejos de bajar el tono, el Presidente profundizó la embestida desde la Casa?Rosada. Ante un puñado de periodistas afirmó que la alianza con el PRO en territorio bonaerense es inminente y que las discusiones “no pasarán de una anécdota”. En su entorno aseguran que la fórmula libertaria?amarilla garantiza estructura territorial, fiscales en los 135 municipios y una proyección de votos que, según sus propias encuestas, podría superar el 40?% y colocar a La?Libertad?Avanza a tiro de la gobernación. En la vereda de enfrente, el macrismo exhibe fisuras. Patricia?Bullrich se mostró permeable a una negociación que le permitiría mantener influencia dentro del gabinete nacional, mientras que Cristian?Ritondo y varios intendentes del interior reclaman “reglas claras” y rechazan la idea de entregar la lapicera a la Casa?Rosada. El propio Macri, cuentan fuentes amarillas, quedó herido por la descalificación pública del Presidente: siente que Milei “pisa el acelerador” para vaciarle el partido y capitalizar el descontento con la marca PRO. A la tensión política se suma un trasfondo personal que ya nadie oculta. La relación, gélida desde la discusión por la Ley Bases, se rompió cuando el libertario acusó al ex mandatario de haber dejado naufragar el proyecto Ficha Limpia en Diputados. Desde entonces intercambiaron chicanas públicas y reproches privados, mientras los equipos técnicos seguían negociando en el barro bonaerense. Milei confía en que la foto de unidad llegará antes de fin de mes. Para eso activó a su hermana KARINA, responsable de la “rosca fina”, que esta semana se reunirá con María?Eugenia?Vidal buscando un puente político y, de paso, desactivar la resistencia de los intendentes macristas del conurbano. Del otro lado, Macri convocó a un cónclave en Olivos con sus alcaldes más leales para definir si aceptan las condiciones libertarias o si cada fuerza juega por su cuenta, escenario que –coinciden en ambas filas– podría dejarle la gobernación servida a AXEL?KICILLOF. En paralelo, los operadores libertarios reparten encuestas que muestran un electorado opositor inclinado a premiar la unidad antes que los egos. Un dato: siete de cada diez consultados culpan a la fragmentación de 2023 por el triunfo peronista en la provincia. Ese mensaje, repite Milei, “vale más que cien cafés con Macri”. Queda poco margen para las dudas. Si el PRO decide replegarse y competir solo, corre el riesgo de terminar como fuerza testimonial, admite un dirigente cercano al ex presidente. Si cede y acuerda, Milei quedará ungido como líder indiscutido de la oposición. En cualquier caso, el reloj corre y la pulseada, como se vio este lunes, promete nuevos capítulos cargados de pólvora verbal.