La Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), uno de los gremios docentes con mayor representación en la provincia de Buenos Aires, anunció una huelga por 24 horas para el martes 20 de mayo. La medida llega luego de rechazar la segunda propuesta de aumento salarial presentada por el gobierno de Axel Kicillof, lo que marca un punto de tensión significativo en la relación entre el Ejecutivo provincial y el sector educativo. La oferta consistía en un incremento salarial del 10%, dividido en dos tramos: un 6% en mayo y un 4% en julio, calculado sobre el salario de marzo. Desde la FEB consideraron que ese porcentaje no alcanza a cubrir la inflación acumulada ni la pérdida del poder adquisitivo que viene arrastrando el sector, especialmente en el contexto de acelerada suba de precios registrada en el primer trimestre del año. En un comunicado, el gremio sostuvo: “Los docentes venimos perdiendo frente a la inflación. Esta propuesta no sólo es insuficiente, sino que no contempla cláusulas de actualización automática ni recuperación de lo perdido”. Además, remarcaron que el paro tendrá alcance provincial y estará acompañado por movilizaciones en diferentes distritos. Se trata del primer paro docente durante la gestión de Kicillof que no cuenta con la adhesión del resto de los gremios que conforman el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB). SUTEBA, el sindicato mayoritario conducido por Roberto Baradel, aceptó la oferta del Ejecutivo, lo que generó un quiebre interno en la unidad sindical que había sido sólida desde 2020. Sin embargo, en algunas seccionales disidentes de SUTEBA, como en La Matanza, Bahía Blanca y Tigre, hay fuerte descontento con la conducción y podrían realizar acciones paralelas. El escenario también expone las limitaciones fiscales de la administración provincial. La inflación interanual, aunque en descenso, sigue alta, y las arcas bonaerenses están al límite. La semana pasada, Kicillof envió a la Legislatura un pedido de autorización para endeudarse por hasta 1.045 millones de dólares, con el objetivo de financiar obras, pagar deudas y cubrir gastos corrientes. Ese proyecto aún no fue tratado y es clave para destrabar tensiones salariales con estatales y docentes. En paralelo, el conflicto se da en plena campaña nacional por la aprobación de la nueva Ley Bases y el Pacto Fiscal, donde la Provincia juega un papel clave como contrapeso a las decisiones del gobierno de Javier Milei. El paro docente, en ese contexto, suma presión a una gestión que intenta mostrarse ordenada frente al electorado y contener demandas internas con una caja limitada. En definitiva, la medida de fuerza de la FEB no solo pone en evidencia el malestar del sector docente con los aumentos ofrecidos, sino que también deja ver la fragmentación gremial que empieza a manifestarse dentro del Frente de Unidad. La pelota, ahora, vuelve al terreno del Ejecutivo