Macroeconomía

Las economías regionales casi en quiebra por la importación de alimentos

Mientras Argentina se mantiene entre los principales exportadores mundiales de frutas, la frescura que falta en góndolas impulsa compras masivas desde China, Egipto, Brasil y Chile. El fenómeno afecta precios, transparencia comercial y al sector local, que reclama medidas de defensa y estímulos a la producción nacional.

  • 14/05/2025 • 13:34

En los primeros meses de 2025, la fruta importada cobró protagonismo en las góndolas argentinas, desplazando en algunos casos a la producción local histórica. Por primera vez, un cargamento de 2.597 cajas de peras chinas desembarcó en los puertos nacionales, con un valor de US?$?25.420 y un peso total de 17,5?toneladas, pese a que Argentina es líder mundial en exportaciones de pera hacia Europa con el 48?% del mercado . Esta apertura obedeció a la baja oferta doméstica en temporada baja y a acuerdos comerciales que redujeron aranceles, pero encendieron las alarmas de los productores de Río Negro y Neuquén, quienes ya reclaman incentivos fiscales para mantener su competitividad frente al gigante asiático .

Al mismo tiempo, las naranjas egipcias aumentaron su presencia en el mercado interno: Egipto comenzó sus exportaciones de cítricos para compensar una caída del 12?% en su propia producción 2024/25, y la Argentina recibió más de 1.070?t de naranjas en enero, por un valor cercano a los US?$?111,6?millones acumulados durante 2024. Los cítricos locales, con su pico de cosecha reducido por heladas y plagas, no lograron satisfacer la demanda invernal, obligando a los empacadores a complementar su oferta con fruta foránea que, según la industria, “rompe precios” y demanda controles fitosanitarios más estrictos .

La carne de cerdo importada desde Brasil también marcó récords: durante 2024, las compras argentinas de pork cuts alcanzaron 9.684?toneladas, equivalentes a US?$?30,9?millones, aun cuando la producción doméstica creció un 3?% hasta 785.049?t. Brasil, cuarto mayor exportador mundial de cerdo, elevó sus envíos un 9,5?% hasta 1,32?Mt en 2024, impulsado por precios competitivos y acuerdo de cuotas con nuestro país. Las plantas industriales sostienen que la importación cubre faltantes puntuales, pero los criadores reclaman medidas antidumping para frenar el ingreso masivo y proteger al eslabón primario.

En paralelo, el sector de procesamiento de hortalizas debió recurrir a tomates concentrados chilenos para suplir la demanda de la industria de conservas: en enero de 2025 ingresaron casi 9.300?t de concentrado desde Chile, cifra que representa el 40?% de las compras anuales de 2024 y acelera la dependencia externa en pastas de tomate. Según datos de la aduana, el volumen de concentrados importados en un solo mes supera al total dedicado a la producción nacional, lo que impulsa a los fabricantes locales a exigir incentivos para modernizar sus líneas de producción y evitar desequilibrios en el suministro.

Estos flujos crecientes de importaciones reflejan un desequilibrio entre la estacionalidad de la oferta local y el ritmo de la demanda interna, agravado por la apertura comercial y la falta de infraestructura de empaque y distribución adecuada. Los sectores afectados coinciden en la necesidad de una política integral de defensa comercial, combinada con estímulos a la producción, mejoras en la cadena logística y reglas claras de juego para evitar que la “ventana de oportunidad” que aprovechan proveedores foráneos termine consolidando una pérdida de mercado irrecuperable.