Desde su incorporación al equipo de Milei en 2021, Caputo ha consolidado su influencia, siendo considerado el "arquitecto" de la victoria presidencial de 2023. Su enfoque en la comunicación digital y el control de la narrativa oficial ha sido clave para el posicionamiento del presidente en la opinión pública. Al igual que Peña, Caputo ha centralizado la estrategia comunicacional del gobierno, priorizando las redes sociales y los mensajes directos al electorado, minimizando la intermediación de los medios tradicionales. Esta táctica busca controlar el relato oficial y mantener una conexión directa con la base de apoyo del gobierno. Además, Caputo ha extendido su influencia a áreas sensibles del Estado. Ha asumido el control de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y ha colocado personas de confianza en empresas estatales como YPF y el Banco Nación. Estas acciones le permiten tener un control significativo sobre recursos financieros y estratégicos del país. La concentración de poder en manos de Caputo ha generado críticas y comparaciones con la gestión de Peña. Algunos analistas señalan que esta estrategia puede conducir a una toma de decisiones centralizada y a una falta de diversidad de opiniones dentro del gobierno. Sin embargo, otros argumentan que esta concentración permite una ejecución más eficiente de las políticas gubernamentales. En resumen, Santiago Caputo ha adoptado una estrategia similar a la de Marcos Peña, centrada en la concentración de poder y el control de la comunicación digital. Esta táctica le ha permitido consolidar su influencia en el gobierno de Javier Milei, aunque también ha generado críticas por la centralización del poder y la posible falta de pluralidad en la toma de decisiones.   Una de las similitudes más destacadas entre Caputo y Peña es la centralización de la comunicación gubernamental. Caputo ha implementado una estrategia de comunicación digital que prioriza las redes sociales y los mensajes directos al electorado, minimizando la intermediación de los medios tradicionales. Esta táctica busca controlar el relato oficial y mantener una conexión directa con la base de apoyo del gobierno. Además, Caputo ha extendido su influencia a áreas sensibles del Estado. Ha asumido el control de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y ha colocado personas de confianza en empresas estatales como YPF y el Banco Nación. Estas acciones le permiten tener un control significativo sobre recursos financieros y estratégicos del país. La concentración de poder en manos de Caputo ha generado críticas y comparaciones con la gestión de Peña. Algunos analistas señalan que esta estrategia puede conducir a una toma de decisiones centralizada y a una falta de diversidad de opiniones dentro del gobierno. Sin embargo, otros argumentan que esta concentración permite una ejecución más eficiente de las políticas gubernamentales. En resumen, Santiago Caputo ha adoptado una estrategia similar a la de Marcos Peña, centrada en la concentración de poder y el control de la comunicación digital. Esta táctica le ha permitido consolidar su influencia en el gobierno de Javier Milei, aunque también ha generado críticas por la centralización del poder y la posible falta de pluralidad en la toma de decisiones.